lunes, 27 de enero de 2014

CENTENARIO DE LA JORNADA DE MIGRACIONES EN CADIZ



                                                                                                
                                                                                                                                                                                                                                                                          

UNA CELEBRACIÓN LLENA DE PARTICIPACIÓN Y COLORIDO, CON SONIDOS DE FLAUTA ANDINA Y PERCUSIÓN AFRICANA, LLENÓ LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ PARA CELEBRAR EL CENTENARIO DE LAS JORNADAS MUNDIALES DE LAS MIGRACIONES

Desde temprano empezaron a llegar los inmigrantes a la Parroquia de San José que se encontraba adornada con las banderas de diferentes naciones, mientras había inmigrantes  vestidos con los trajes típicos de sus respectivos países.

A las 12.00h, la Parroquia estaba llena a rebosar con los feligreses de la Comunidad y con la presencia de más de un centenar de inmigrantes. En la procesión de entrada un grupo de niños de diferentes países portaban las cajas de un puzle de colores  que colocaron en el altar y que llevaba la leyenda “cien  años haciendo un mundo mejor”, haciendo referencia al centenario de las Jornadas de Migraciones.

“Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance el confín de la tierra” (Isaías 49,5), fue el mensaje que el director del Secretariado de Migraciones dirigió a cada uno de los participantes en la Misa de la Jornada Mundial de las Migraciones, animando a unos y otros, los nacidos aquí o en otros países, a salir al encuentro de las personas para ser profetas de luz y de esperanza en medio de un contexto social de crisis y problemas y juntos colaborar en  HACER UN MUNDO MEJOR, tal como había señalado el Papa Francisco en su Mensaje de 2014.

La celebración transcurrió en un ambiente de acogida, amistad y alegría por parte de todos los miembros de la Comunidad Parroquial de San José, que en la monición de entrada dieron la bienvenida a todos los participantes en la Misa.

La presencia de más de 20 nacionalidades quedó reflejada en la nutrida participación de los inmigrantes en los distintos momentos de la celebración. Las lecturas fueron hechas por una inmigrante de Kenia y otra de China. En el ofertorio, tras una procesión encabezada por cantos y bailes africanos, iba una inmigrante boliviana, que con su traje típico portaba la ofrenda de unas sandalias, signo de todos los que han emigrado en estos 100 años; los diversos documentos que la Iglesia ha ido publicando con motivo de las Jornadas Mundiales eran llevados por inmigrantes saharauis;  unas pateras eran ofrecidas por los inmigrantes acogidos en un piso del Secretariado, entre los que había jóvenes de Camerún, Nigeria, Mali y Marruecos;  una familia de Rumanía ofrecía un cuadro con una fotografía de los inmigrantes detenidos en el CIE de Tarifa; las velas y el pan y el vino, lo ofrecía una pareja mixta formada por un joven español y una chica de Burkina Faso. En las peticiones intervenían  inmigrantes de diferentes países, así como en el coro que animó la música y los cantos con diversos instrumentos  de cuerda, viento y percusión de sus países de origen.


Tras la celebración de la Misa, en los salones de la Parroquia, los feligreses y los inmigrantes participantes en esta Jornada,  departieron en  un acto de convivencia y de confraternización, donde volvieron a sonar los cantos y la música de estos países.

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